miércoles, 9 de noviembre de 2011

La estrategia Ferrándiz

El 18 de enero de 1.962, el Real Madrid jugaba una eliminatoria decisiva contra uno de los grandes equipos del baloncesto europeo en aquél momento, el Ignis Varese. Se jugaba, a doble partido, el pase a las semifinales de la Copa de Europa.

El partido no había ido del todo mal, pero la asfixiante cancha que había elegido el Varese, el arbitraje escandaloso del francés De Redevilher (seis canastas anuladas, los dos pívots titulares expulsados y el flamante fichaje estrella, Hightower, lesionado durante la primera parte) y el mayor acierto italiano, había puesto al Madrid contra las cuerdas.

Con Lolo Sáinz y Emiliano jugando los últimos minutos con 4 faltas personales, Ferrándiz se enfrentaba a la posibilidad de que los pocos jugadores que le quedaban jugaran una prórroga suicida, contra un equipo en racha que venía de encadenar varios parciales demoledores.

Con un equipo tan fuerte enfrente, esto podría suponer una diferencia complicadísima para la vuelta, por mucho que se fuera a jugar en casa.

Así que Ferrándiz optó por el camino menos ortodoxo, tanto para el público como para las autoridades de la FIBA.
Mandó a Emiliano colocarse bajo su propia canasta, y con la cobertura de Sainz y Alocén, le ordenó que encestara.
Ahí.
En su propia canasta.
Fin del partido: victoria pírrica del Varese, y la vuelta en casa, con todos los jugadores y posiblemente con un arbitraje más cómodo.

Los italianos tardaron unos minutos en pasar de la sorpresa y la celebración (incluso hubo cierto escarnio con el jugador español, que medio simuló haberse equivocado de lado), a ser conscientes del gambito que les había colado el entrenador madridista, y la FIBA no tardó tampoco en cambiar las reglas, para llenar el hueco por el que Ferrándiz acababa de colarles un triple.

Puesto que el baloncesto es, ante todo, un juego, y después un deporte (y en tercer lugar demasiadas cosas más), en éste caso sí podríamos decir que Ferrándiz se mereció por ésta y otras cosas, un lugar en el Hall of fame. Encarnó una época del basket europeo en la que ésta extraña jugada no dejaba de representar el carácter estratégico (también bonito de ver), casi ajedrecístico, que tuvo el baloncesto practicado por rusos, españoles o italianos, frente al estilo más libre de las dos ligas norteamericanas.



Pongámonos ahora un poco ingenuos.

Estaba demasiado claro: el PP había mostrado claramente que la estrategia principal por la que iban a optar en la campaña era la más obvia y segura; insistir la continuidad entre el candidato socialista y el gobierno saliente, ya completamente desacreditado.

Por otro lado, uno podría dar por descontado que cada uno de los integrantes de un gobierno al que le quedan meses, días, no quiera dejar de hacer política; que no querrá irse sin limpiar un poco el expediente. Vamos, que no se irían sin gobernar un poco para sus propios votantes. O si se quiere, sin actuar un poco "en conciencia", por no decir en sintonía con su propia ideología.
Si la tienen.

Por eso no deja de ser extraño que el gobierno "se vaya" ya no con un "perfil bajo", sino aplicando sistemáticamente medidas abiertamente impopulares, o en contra al menos del espíritu de la campaña de su propio partido.

Si a alguien ya se le ha ocurrido que estoy sugiriendo que medidas absurdamente impopulares y censurables por un candidato de izquierdas realmente existente (y en teoría también por uno de izquierdas virtual, o fantasmático, como Rubalcaba) como modificar la constitución sin referéndum y contra los trabajadores, acometer recortes a diestro y siniestro, o escenificar en Europa una completa sumisión a los poderes financieros ... es una estrategia para lograr marcar la diferencia entre un partido en el gobierno y su propio candidato, ya adelanto que me parece tan improbable como escandaloso (¿qué partido que se considerara decente castigaría a sus posibles votantes sólo para ofrecerle después los analgésicos?).

Pero entonces ¿qué explicación darle a que, cuando se afianza su propio spin-off "verde", destinado a robar votos a otros (eso sería lo lógico),
y cuando el único partido extraparlamentario que ha logrado recoger todas las firmas es un partido animalista,
...los dos órganos de información de ese mismo partido en el gobierno publiquen a toda página, días antes de las elecciones, y sin disimular la crítica, la iniciativa de la ministra de cultura, que sanciona la creación de un Premio Nacional de Tauromaquia?


Pues que todo TIENE que ser una casualidad. Porque si no, el público empezaría a insultar a los jugadores, les tiraría euros metidos en cajas de cerillas, y tendrían que salir de la cancha escoltados por los Carabinieri. Como el Real Madrid aquél día.

martes, 1 de noviembre de 2011

¡Es el consumo, estúpido!

¡Es el consumo, estúpido!

James Livingston, New York Times, 25-10-11

Traducción de Antonio José Antón Fernández


Como historiador de la economía que lleva estudiando el capitalismo americano desde hace 35 años, voy a desvelarles el secreto mejor guardado del último siglo: la inversión privada -esto es, usar los beneficios empresariales para incrementar el rendimiento económico y la productividad- en realidad no impulsa el crecimiento económico: son el gasto estatal y el consumo los que lo hacen; la inversión privada ni siquiera es necesaria para promover el crecimiento.


Esta es, por decirlo suavemente, una afirmación controvertida. Los economistas les dirán que la inversión por parte de las empresas es la fuente del crecimiento, porque es la que pone el dinero para la maquinaria o equipamiento que crea puestos de trabajo, incrementa la productividad del trabajo y aumenta los ingresos de los trabajadores. Como resultado, oirán a los políticos insistir en que mayores incentivos para los inversores privados -menos impuestos sobre los beneficios empresariales- llevarán a un crecimiento más rápido y equilibrado.


La opinión pública parece estar de acuerdo. Según una encuesta de mayo del New York Times y CBS News, la mayoría de norteamericanos creen que aumentar los impuestos a las grandes empresas "desanimará a las compañías norteamericanas a la hora de crear empleos".


Sin embargo, la historia nos muestra que esto es erróneo.


Entre 1900 y 2000, el producto interior bruto real per cápita (la producción de bienes y servicios por persona) creció más del 600 por ciento. Mientras tanto, la cuota de inversión neta empresarial en descendió en un 70 por ciento del PIB. Es más, en 1900 casi toda la inversión provenía del sector privado -de empresas, no del gobierno- mientras que en el año 2000, la mayor parte de

la inversión procedía del gasto estatal (surgido de los ingresos fiscales) o "inversión residencial", que quiere decir consumo en viviendas, más que en inversión privada en maquinarias, equipamiento y salarios.


En otras palabras, durante el último siglo, la inversión privada neta se atrofió, mientras el PIB per cápita aumentó espectacularmente. ¿Y cuál es la fuente de ese crecimiento? Un mayor consumo, junto con -y amplificado- por el gasto público.


Los arquitectos de la "revolución Reagan" intentaron invertir esta tendencia como solución a la estagflación de los años '70, pero no pudieron. De hecho, la inversión privada o empresarial continuó en declive a partir de los años '80. Peter G. Peterson, antiguo secretario de comercio, se quejaba de que el crecimiento real desde 1982 -después de la política de Reagan de recorte fiscal a las empresas- coincidió con "de lejos, el esfuerzo más débil de inversión neta en nuestra historia, tras la posguerra".


Las bajadas de impuestos del Presidente George W. Bush produjeron efectos similares entre 2001 y 2007: un crecimiento real en ausencia de nuevas inversiones. Según la OCDE, las ganancias reservadas de las empresas [retained corporate earnings] que se mantienen al margen de la inversión suman ahora cerca del 8 por ciento del PIB, una cantidad increíble, a la vista de la crisis

de desempleo a la que nos enfrentamos.


De modo que los beneficios empresariales no impulsan el crecimiento económico; no son más que inacabables sumas de capital sobrante [surplus capital] listas para inundar los mercados especulativos domésticos y exteriores. En los años '20, inflaron la burbuja del mercado de valores, y después causaron la Gran Depresión. Desde la revolución Reagan, estos beneficios superfluos han alimentado las fusiones y OPAs, han impulsado la burbuja de las puntocom, han financiado el sistema de “shadow banking” y sus hedge funds, han blindado los vehículos de inversión [securitized investment vehicles], han acelerado los desastres monetarios en ambos hemisferios, e inflado la burbuja inmobiliaria.


Entonces ¿por qué tantos americanos apoyan la reducción de impuestos a las ganancias empresariales, mientras insisten en que el ahorro es la panacea para nuestras dolencias económicas, a nivel individual y nacional? ¿Por qué el 99 por ciento debe mirar hacia la élite del 1 por ciento, cuando está en juego nuestro futuro económico?


Gran parte del problema es que dudamos del valor moral de la cultura del consumo. Como la austera hormiga que reprende al saltamontes por su irresponsabilidad ante el cercano invierno, pensamos que ahorrar es lo correcto. Incluso cuando compramos despreocupadamente, sentimos que si pudiésemos contener nuestros deseos, nos estaríamos labrando un futuro mejor. Pero

estamos equivocados.


El consumo no solamente es la clave para la recuperación económica a corto plazo; también es necesario para un crecimiento equilibrado a largo plazo. Si nuestro objetivo es reparar nuestra maltrecha economía, deberíamos invertir en cultura del consumo -y ello implica una redistribución de los ingresos, de las ganancias hacia los salarios, a través de la política fiscal y reforzada por el gasto público. (El creciente déficit comercial que pueda producirse no debería disuadirnos, puesto que una gran parte de las importaciones manufacturadas vienen de corporaciones multinacionales de propiedad norteamericana, que operan a nivel mundial).


No necesitamos que agentes de bolsa, analistas y directores generales -el 1 por ciento- recolecten y gestionen nuestros ahorros.

En vez de eso, los consumidores tenemos que ahorrar menos y gastar más en nombre de un futuro mejor. No es necesario que maniatemos a la hormiga; más bien deberíamos comenzar a escuchar al saltamontes.


James Livingston, profesor de Historia de la Universidad de Rutgers

lunes, 16 de mayo de 2011

Por qué LO ROJO ES VERDE y vice-versa

"No es posible conseguir mediante reformas que se convierta en amigo de la Tierra un sistema cuya dinámica esencial es la depredación creciente e irreversible. Por eso, lo razonablemente reformista es, también en esto, irracional".

Manuel Sacristán Luzón.


No se trata, [dice EQUO], de estar a la derecha o la izquierda de IU. En algunos de sus postulados, afirman, son más "radicales".

"La izquierda clásica, por ejemplo, ha sido muy desarrollista. Nosotros nos situamos en parámetros diferentes, en la conquista de un modelo de crecimiento no ilimitado".

¿La izquierda clásica ha sido desarrollista? ¿La izquierda española ha sido desarrollista? ¿Dónde, cuándo? ¿Ha tenido poder para ello en alguna ocasión? ¿Cómo se puede afirmar una cosa así cuando esa izquierda “clásica” ha contado con uno de los pensadores ecologistas más brillantes no sólo de España sino de Europa? ¿No hablaba Manuel Sacristán a finales de los años setenta, hace más de 30 años, de una política científica de orientación socialista que no sólo no abonara el desarrollismo sino que combatiera contra él?
Salvador López Arnal

viernes, 13 de mayo de 2011

Es la economía política


Lo más preocupante no es que el PSOE de Zapatero haya llegado a un nivel de negación de la realidad alarmante -comprensible en lo que respecta a sus bases, que lidian como pueden la tremenda disociación cognitiva entre su ideario y la práctica política de su partido- (por cierto, Llamazares siempre al quite, muy bien: efectivamente todos somos bellacos --para más señas somos, como mínimo, cinco millones de bellacos).
Tampoco es de lo más preocupante que la Telemadrid de Espe, por obra y gracia de Isabel San Sebastián, haya conseguido radiar en unos pocos segundos la mejor confirmación a posteriori que Naomi Klein jamás pudo soñar para su último libro.
... ni tampoco que un tertuliano de TVE considere las abstractas pero incuestionables declaraciones de Jose Luis Sampedro como añejas y vacías declaraciones "flower power" [sic].

Me preocupa más, a largo plazo, que se perpetúe en las formas, la estética, los discursos, la imagen de la economía crítica como poco más que un vacuo e inocente "humanismo", un discurso meramente poético, alejado de todo vínculo con la economía "seria" y "científica". (Por supuesto que Sampedro por "humanismo" entiende mucho más que eso).
En la tertulia de 59 segundos la cháchara (los franceses dicen "bli bli bla bla") posterior a la entrevista a Sampedro no sólo incluyó esas palabras de desprecio hacia el ex-catedrático de estructura económica: lamentablemente, las ilustró.

De hecho, la imagen de los contertulios escenifica a la perfección ese enfoque ideológico que enmarca la percepción que el electorado tiene de la economía: la ciencia está de parte de aquellos situados en la derecha: (hacen que) saben mucho de mercados, hedge funds y manos invisibles, y además ¡van encorbatados! mientras que enfrente, insegura, la supuesta izquierda social-liberal sólo puede aportar al debate una tibia ristra de "valores" que, se temen, en última instancia sólo pueden postergarse ad infinitum, pues la aplicación de esos vaporosos ideales solamente puede encomendarse a "nuestros científicos", verbigracia: Solbes & compañía (Sevilla, Sebastián, Boyer, o ya en último caso, incluso Niño Becerra -- un caso interesante es el de Mas-Colell). Y desde sus manantiales sulfurosos, esos oráculos les devuelven año tras año a la única realidad: los mercados.
No hay ciencia fuera de los manuales de Deusto, CEU o el ICADE: no hay reformas posibles que no sean solubles en el compuesto neoliberal.

Pues no. No sólo, en su sencillez, Sampedro dice verdades como puños: además es que, como en su momento denunció Peter Jager, que eso sea algo parecido a "ciencia", está por demostrar.

No hace falta invocar aquí toda una inmensa tradición de economistas marxistas más o menos heterodoxos que, desde estándares tanto o más científicos que los economistas mainstream, llevan trabajando decenios en estudios rigurosos que echan por tierra muchos mitos liberales, muchas veces llegando a ser -a regañadientes- reconocidos en sus respectivos campos (Joan Robinson, O'Connor, Sweezy, Baran).

No hace falta; basta remitirse al creciente número de economistas que desde muy diversas posiciones están rebelándose contra la hegemonía académica y social de una eco-nomía liberal que tiene más de arte de birlibirloque que de nómos.
[Como muestra Lavoie (libro a la derecha, La economía postkeynesiana) en un denso pero instructivo repaso, hay una gran variedad de enfoques que con notable solvencia han ido ilustrando las debilidades teóricas (epistemológicas y ontológicas, además de metodológicas) de gran parte de la economía monetarista ortodoxa].

No; como reza el subtítulo del libro de Jacques Sapir, en los "falsos expertos" de la economía puede que no sólo haya debilidades teóricas: además hay muchos secretos inconfesables.

Y porque Akiro no me permitiría acabar éste apresurado relato con tanto keynesiano (no me refiero a Sapir, por supuesto), aprovecho para recordar no sólo el trabajo personal de uno de nuestros grandes economistas marxistas, Diego Guerrero, sino también la espléndida colección en la que han aparecido sus dos últimos libros, editorial Maia.
[Ruego se dirijan a este blog los editores, para poder darles la dirección a la que enviar los ejemplares de cortesía :-p ]

viernes, 6 de mayo de 2011

La derecha homeopática y Bildu

¿Por qué es necesario combatir el pensamiento mágico?
Bueno, hoy se me ocurre otro ejemplo. En todo el mundo, incluido el Reino Unido, lleva años infiltrándose en nuestros sistemas de salud una pseudomedicina que se basa en una serie de presupuestos muy curiosos.

Dejaré al gran James Randi que los explique por mí:

http://amazings.es/2011/02/09/james-randi-explica-la-homeopatia/

En todo caso uno de los más importantes es que

la forma más habitual de preparación de una dilución homeopática es la siguiente: se coge 1 ml de la sustancia original (“tintura madre”) y se mezcla con 99 ml de agua. Se agita este preparado y se obtiene una dilución de 1 CH (Centesimal de Hahnemann). A continuación, se coge 1 ml de este producto y se repite la operación; así se consigue una dilución de 2 CH. Como se puede deducir del apartado anterior, cada vez que se realiza una de estas mezclas, la sustancia original queda diluida 100 veces más en el preparado final. Se supone que estos productos son más efectivos cuanto más diluidos están [!!!]. Un simple cálculo permite saber que una dilución de 12 CH no contiene ya ninguna molécula del principio activo. Es, en otras palabras, simplemente agua. No es raro ver medicamentos homeopáticos con diluciones de 30 CH.
[fuente: queeslahomeopatia.com]

Donde entra el pensamiento mágico es a la hora de afirmar que el compuesto original (supuestamente curativo, aunque eso tampoco es cierto en nuestro universo), pese a no estar ya presente en la mezcla, sigue estando activo. Entre otras cosas porque el agua "tiene memoria".

El caso es que si diluimos HB en 99 partes de EHAK, EHAK en 99 partes de ANV, ANV en 99 partes de Sortu, y Sortu en 99 partes de Bildu, hay gente que sigue afirmando que Bildu es HB. Y por supuesto, cuanto más diluido, más peligroso es. Por eso, en realidad, para ellos Bildu es ETA...



[Me avisan de que Isaac Rosa publicó un comentario muy parecido hace unos días, aunque desde luego más incisivo (y oportuno). Por si se siente ofendido, antes de borrar el post pongo aquí un enlace a su artículo:
http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2011/04/28/homeopatia-en-las-listas-de-bildu/ ]

domingo, 1 de mayo de 2011

Bin Laden ha muerto. Hammurabi en la Casa Blanca

Sentimientos encontrados.
El líder del grupo terrorista más grande del mundo ha sido eliminado, bien, vale.
Pero uno no puede dejar de sentir -como mínimo- incomodidad al ver al presidente de un país que se dice democrático (y cristiano) vender un asesinato como "justicia" y como una victoria.
No sólo es un discurso abyecto de venganza, sino que incluye -demasiados- pasajes siniestros:
"Let us remember that we can do these things [actuar como policía global, más allá de leyes y convenciones] not just because of wealth or power, but because of who we are: one nation, under God, indivisible, with liberty and justice for all"

"No Americans were harmed. They took care to avoid civilian casualties" [Es decir: no murieron americanos, y han INTENTADO que no mueran civiles. Si no hay bajas civiles no se resume afirmando "se intentó que no murieran civiles". Creo que queda bastante claro. O le falló algún asesor o realmente... le da igual]

Y el momento de colapso moral:
"And on nights like this one, we can say to those families who have lost loved ones to alQaeda’s terror: Justice has been done."


Tremendo.

No esperaba éste discurso. Realmente me ha sorprendido.

martes, 26 de abril de 2011

Tiempos oscuros (II)

Los fieles de la iglesia baptista enfurecieron cuando se comenzó a enseñar a sus hijos la teoría darwiniana; sin embargo, que las tímidas sugerencias de un maestro de escuela pudieran poner en peligro sus creencias no demostraba sino una escasa confianza en su propio credo...

H. Laski, 1929


Como decíamos antes, todavía medio siglo después del famoso "juicio del mono de Scopes" (The State of Tennessee vs. John Scopes), y antes de que apareciera toda la maquinaria cripto-evangélica y pseudocientífica de los Dembski, Craig, Discovery Institute y cía., uno de los juicios más sonados en el largo asedio a la ciencia fue el juicio McLean vs. Arkansas.

[Por cierto que, como tiene a bien recordarme Akiro, una de las mejores crónicas del juicio a Scopes salió de la pluma de L. Sprague de Camp, escritor de CF, amigo de Asimov y Heinlein, y reputado Lovecraftiano que, por azares que sólo Cthulhu conoce, fue uno de los más comprometidos críticos de las pseudociencias del momento]

Nos quedamos sin saber qué habría dicho Carl Sagan en aquél juicio si le hubiesen dejado intervenir, pero al menos tenemos el mejor testimonio posible, el del Stephen Jay Gould.

Traduzco aquí (a vuelapluma, como todo en este blog) algunos momentos interesantes o más o menos delirantes :


[traduzco indiferentemente ciencia de la creación y creacionismo, aunque sería más adecuada la primera, ya que la segunda expresión se popularizó después, quizás a partir precisamente de este juicio]

P.-Mr. Novik: Profesor Gould, le muestro una copia de la Ley 590. ¿Ha tenido la oportunidad de leerla?
R.- SJayGould: Sí.

P: ¿Ha leído la definición que establece la Ley 590 de la "ciencia de la creación" respecto a la geología?

R: Sí, en lo que respecta específicamente a la geología, el punto n.5 afirma que la geología de la tierra debe explicarse por el "catastrofismo", incluyendo el acontecimiento de un diluvio mundial.

P ¿Ha leído la literatura creacionista respecto a la geología?

R
Desde luego. Déjeme decir, para que conste, que usaré el término "ciencia de la creación" porque se utiliza a menudo en el texto de la ley, pero desde mi punto de vista no existe tal elemento; la ciencia de la creación no es ciencia. Preferiría referirme a ésta como creacionismo ...pero sí, en todo caso he leído la literatura sobre la llamada "ciencia de la creación".

P ¿La definición de la ciencia de la creación, en lo que respecta a la geología, es consistente con esa literatura sobre "ciencia de la creación"?

R
Sí. Esa literatura intenta interpretar, en la mayor parte de la literatura, toda la historia geológica como el producto del diluvio de Noé y sus consecuencias posteriores, y es ciertamente consistente con el punto 5 de la Ley 590.

P ¿Ha leído la definición que da la L590 de la evolución respeco a la geología?

R
Sí. Diría que principalmente el argumento central es que ... [frente al "uniformismo"] la geología de la tierra se explica por el catastrofismo...

...Tal y como la ciencia de la creación define el uniformismo, se refiere a la teoría que yo llamaría la noción de gradualismo, es decir, que los fenómenos de la tierra y el registro geológico fueron producidos por un lento, gradual e imperceptible cambio, y que los acontecimientos a gran escala fueron producidos por esta lenta acumulación...

(...) P ¿Es la definición de la L590 respecto al uniformismo consistente con la literatura científica?

R
Desde luego que no. Puede ser cierto que Charles Lyell, un gran geólogo del siglo diecinueve, mantenía una versión bastante extrema del gradualismo, pero ha sido abandonada completamente por los geólogos actuales ... que están bastante cómodos con la explicación de que algunos acontecimientos han surgido de la acumulación de pequeños cambios, y otros como resultado de catástrofes locales.

... La literatura creacionista continúa utilizando el término uniformismo solamente para referirse a la noción de gradualismo extremo. Por ejemplo, afirman que puesto que los fósiles en general se forman sólo cuando los sedimentos se acumulan muy rápido, eso, por consiguiente, es una prueba en favor de las catástrofes, y de algún modo refuta el uniformismo. De hecho, los paleontólogos no niegan que los fósiles que se conservan habitualmente son enterrados por eventos locales catastróficos, tormentas o rápidas acumulaciones de sedimentos. Y desde luego, por eso es por lo que creemos que el registro fósil es tan imperfecto y los fósiles apenas tienen posibilidades de conservarse, porque el ritmo de sedimentación es a menudo lento y la mayor parte de los fósiles se degradan antes de que puedan ser enterrados.

...[los geólogos] creen en el uniformismo, pero en un sentido completamente diferente. El término uniformismo tiene dos significados completamente distintos. En primer lugar está la afirmación metodológica de que las leyes de la naturaleza son invariables, y las leyes naturales pueden utilizarse para explicar el pasado así como el presente. Esta es una afirmación metodológica que presuponemos para poder hacer ciencia. El segundo sentido que estamos discutiendo, la afirmación [acerca del uniformismo substancial (esto es, que las tasas de cambio son idénticas en el pasado y en el presente)] es, respecto a los ritmos actuales de cambio [geológico], a menudo falso ...
La ciencia creacionista contínuamente confunde los dos, afirmando que como no podemos refutar la constancia de los ritmos, -y en muchos casos sí que podemos- por consiguiente de algún modo el principio de la uniformidad de la ley, o la constancia de la ley natural, está en cuestión. Y son dos cuestiones completamente separadas.

P ... ¿Está ud. al corriente de cualquier evidencia científica que indicara un diluvio global?
R No.

P
¿La teoría creacionista del diluvio mundial, es una teoría científica?

R Esencialmente desde luego que no, ya que por lo que he leído, explícitamente cita una milagrosa intervención de Dios, que es una ampliación de la ley natural. ...
Por ejemplo, no hay agua suficiente en los océanos para cubrir completamente los continentes en un deluge tan profundo como el de Noé, y para ello recurren a toda el agua que supuestamente estaría en la tierra. Whitcomb y Norris... mencionan un dosel gigante lleno de agua por encima del firmamento...

...P ¿Podría dar un ejemplo [de las predicciones comprobables de la ciencia del diluvio]?

R Sí, la ciencia creacionista asume que puesto que Dios creó todas las formas de vida en seis días de veinticuatro horas, por lo tanto todos los animales vivieron simultáneamente juntos. Uno podría, por lo tanto, asumir en un primer momento que los estratos geológicos o la tierra podrían contener mezcladas todas las formas de vida, y eso es notablemente falso.
Además está el destacable hecho de que el registro fósil, que debería ser admitido por todos, creacionistas y evolucionistas, en vez de mostrar mezclados a todos los animales, está muy bien ordenado: tenemos una secuencia de estratos, y diferentes tipos de animales y plantas que caracterizan específicamente cada una de las diferentes capas de esos estratos. Por ejemplo, en un estrato muy antiguo tenemos ciertos tipos de invertebrados, como los trilobites, que nunca se encuentran en estratos superiores. En los estratos medios encontramos dinosaurios, pero nunca trilobites. Han desaparecido. Nunca grandes mamíferos. En los estratos superiores encontramos grandes mamíferos pero nunca dinosaurios...

P Los creacionistas, ¿han propuesto argumentos específicos para explicar por qué de un diluvio mundial habría surgido tal secuencia invariable de fósiles?

R Sí, según la literatura que he consultado, hay tres explicaciones principales. Primero, el que podría llamarse principio de orden hidrodinámico: cuando el diluvio hubo finalizado, las criaturas más densas o más aero(hidro)dinámicas se habrían depositado primero en el fondo, acabando en los estratos inferiores.
El segundo principio podría llamarse el de zonificación ecológica, es decir, que las cosas que vivían en el fondo del océano acaban en los estratos inferiores, mientras aquellas que vivían en las montañas ...

El tercer principio del que se sirven es lo que yo llamaría inteligencia diferencial o movilidad: los animales más inteligentes o los animales que pueden moverse y evitar el diluvio acaban en los estratos superiores, porque habrían escapado al diluvio durante más tiempo que el resto.

P ¿Son estas tres afirmaciones o hipótesis consistentes con los hechos observables?

R
Desde luego que no.





viernes, 15 de abril de 2011

Tiempos oscuros (I)

Sí, desde luego vivimos muchas guerras cotidianas. En un sentido más o menos literal; la supervivencia personal es otro asunto. Me refiero a choques a gran escala; combates transversales que nos llegan de tiempo atrás, o luchas invisibles que sólo se muestran en los códigos de barras del supermercado.

Muchas de ellas, sin embargo, reúnen todos los ingredientes. Casi se podría decir que lo que percibimos ahora son sólo escaramuzas, enfrentamientos aislados de una guerra de la que no sabemos si ha acabado, o simplemente ha sido postergada. El último embate de la religión, por tanto, ¿es un tirón desesperado de un culto institucionalizado que presagia su desaparición, o por lo contrario un resurgimiento en toda regla, a la altura de los tiempos y preparado para situarse al flanco de los nuevos centros de poder económico?

De guerras de religiones Akiro sabe un rato: las ha presenciado todas. Pero desde la distancia. A diferencia del resto de clérigos, sacerdotes, paladines y cruzados, él nunca ha puesto su magia al servicio del oro. [Aclaración a petición del aludido]

Y sí, será tedioso repetir aquí lamentos varios sobre una Ilustración inacabada, sobre el eterno conflicto razón/fe que resurge "ahora" para castigar a herejes, reformadores y descreídos. Pero lo cierto es que ésta es una historia contínua, que según las épocas se ha dejado ver más o menos. En el caso español, lo cierto es que son pocos los momentos en los que no ha estado presente.

Pero podría confundirse aquí lo local con lo global, y lo cierto es que el orden se nos puede presentar invertido: lo que presenciamos en Europa (Polonia, Italia, España, Reino Unido), más que tener una única historia propia, quizás participe también de una tendencia que concierne sobre todo al mundo anglosajón, especialmente el americano, desde hace unos veinte años.

Sobre el creacionismo es difícil decir algo aquí que no se pueda encontrar fácilmente en internet, al igual que sobre la rápida regresión que han sufrido muchos estados norteamericanos, sobre todo con el afianzamiento del llamado "Bible Belt". Una buena muestra es lo ocurrido en un estado, antaño progresista y con una educación pública aceptable, como Kansas (el libro de Thomas Frank "
¿Qué pasa con Kansas?" es francamente recomendable).

Hablar de "causas" puede ser, como comentábamos, algo falaz, en la medida en que hablamos de un fenómeno tan amplio tanto geográfica y culturalmente, como temporalmente. No podemos simplemente tomar unos nodos y analizarlos aisladamente.

Desde luego, en lo que al evangelismo norteamericano respecta, está clara la convergencia de una cultura económica como la americana, con la presencia muy limitada de la Iglesia Católica. Demasiado estatalista, centralista y jerarquizada; demasiado
mitteleuropea para el modelo americano. Una Iglesia con tanta vocación monopolista no podía tener mucho arraigo en la tierra de la "libre empresa", y mucho menos en tiempos del Reaganismo: algo así debieron pensar muchos aspirantes a pequeños empresarios, que decidieron fundar su propio negocio evangelizador local. Es así como el modelo de negocio intensivo de las empresas evangelizadoras ha tenido su mayor auge en estos últimos quince años. No hay que despreciar además el lugar privilegiado que la religión ha tenido en esa coyuntura económica. Como espacio ideológico por antonomasia, los centros de culto tenían que convertirse en el núcleo de un nuevo proyecto político y económico. A las pequeñas empresas evangelistas se las dejó prosperar, casi como única muestra de que el sueño americano aún es posible.

En realidad pasaron ya incluso los años de los grandes tele-predicadores; la pareja Peter Popoff (predicador-sanador mediático) - James Randi (mago y escéptico) fue a la vez el fin de la época de las grandes empresas evangelistas, y el comienzo de otro enfrentamiento, ya marcado por una derrota; los escépticos más conocidos ya no podrían tratar directamente con los nuevos predicadores, y éstos últimos ya podían delegar en abogados, conferenciantes y "debatidores profesionales", entrenados en fundaciones e institutos (no siempre financiados con dinero privado).

Que los juicios contra el "evolucionismo" de principios del siglo XX se están reeditando de nuevo es algo conocido. Las diferencias ahora son sin embargo notables. De mera reacción espontánea al cambio en una sociedad conservadora (y todavía segregacionista), se ha pasado ahora a todo un proyecto, institucionalizado y bien financiado, de destrucción de la educación científica pública.

Los juicios mediáticos posteriores son conocidos, pero podríamos remontarnos a 1981, cuando el paleontólogo Stephen Jay Gould, junto con otros científicos (Michael Ruse o Francisco Ayala; Carl Sagan fue desestimado como testigo), sintió la necesidad de testificar contra la enseñanza del creacionismo. El caso McLean contra Arkansas ya mostraba muchos de los tics que ahora se han convertido en estrategias permanentes: manipulación de textos, falsedades manifiestas, trucos legales, y muchas veces, la aplicación maliciosamente literal de la ley por parte de jueces poco imparciales.

[
En la foto, S.J. Gould en un capítulo de Los Simpsons -- como no podía ser de otra forma, el capítulo relata el descubrimiento por parte de Lisa y el Prof. Gould de una estafa pseudocientífica]

Añadiremos más adelante una traducción de la transcripción del testimonio de S.Jay Gould.

sábado, 9 de abril de 2011

Muertos que andan

Cuando un alarido espectral despertó hoy a Akiro de su trance, quiso saber las razones de tal estallido de desesperación. Lo cierto es que había sido una falsa alarma.
El motivo había sido una rápida lectura en diagonal del premio Anagrama de ensayo: tras el primer premio (un ensayo alrededor de Spinoza que al parecer dedica algunas de sus páginas al espléndido último libro de António Damásio), ha resultado finalista "Filosofía zombi". Pero sólo una lectura literal del título permitía pensar en un libro dedicado a la intersección de ambas ideas. Lo cierto es que el libro es más "creativo" (y mucho más "cool") que el proyecto en el que ando desde hace tiempo, y que tiene bastante poco que ver con el tema que ocupa al autor del ensayo premiado: "un original análisis sobre las sociedades de control y las tecnologías de mediación que nos separan del acontecimiento de lo real".
Zombies y biopolítica. Respiro tranquilo, y esperaré al verano para leer el libro y opinar ya sin conflictos de intereses.

El caso es que el tema "zombie" está lamentablemente de moda y ahora será difícil evitar algunas obviedades. Abunda demasiado la palabra (apenas podría ser un concepto) como para comentar ahora todos los artículos que se sirven de ella de un modo u otro (vg. "The Zombie War of Afghanistan", etc.), y ya se conocen tanto el ensayo novelado "Z" de Brooks, como el ensayo propiamente dicho de Daniel W. Drezner, que expande un artículo publicado, y muy comentado, en Foreign Affairs.

El libro de Drezner parece ir camino de convertirse en best-seller, y seguramente atraerá a muchos lectores dentro del campo de las relaciones internacionales. No obstante, todo el debate "técnico" sobre muertos vivientes, alertas sanitarias, sirve más que nada para exponer las distintas "escuelas" de teoría de las relaciones internacionales, sobre la base de un evento que es tratado al fin y al cabo como un problema de "rogue states", de países problemáticos (o incómodos) para la "comunidad internacional", y que al final deriva en los tópicos sobre "halcones" y "palomas", diplomacia à la EEUU vs. UE, etc.
Que la supuesta metáfora (en realidad el asunto es tratado de manera bastante literal) acaba adquiriendo tintes algo sospechosos también lo dejan claro algunos pasajes del libro, y el hecho de que cualquier punto de vista feminista o marxista es excluido a priori de manera bastante seca: “Este proyecto es explícitamente pro-humano, mientras que marxistas y feministas probablemente simpatizarían con los zombies". Ya que para los marxistas "los no-muertos simbolizan al proletariado", y para las feministas "la liberación de la estructura patriarcal", sus puntos de vista son obviables por defecto.
La manifiesta ignorancia, o desprecio, sobre las posturas feministas y marxistas es perdonable, porque lo cierto es que ninguna de las dos perspectivas tienen mucho que aportar al imaginario debate. No porque carezcan de poder explicativo, más bien al contrario; el problema -y la falta de tiempo obliga aquí a repetir lugares comunes- es que la geopolítica marxista se mueve sobre tramas sistémicas, estructurales, y sus preocupaciones tienen más que ver con fenómenos transversales, que se entretejen en los planos locales, estatales e internacionales, socioeconómicos, históricos, jurídicos. No es que la teoría de las relaciones internacionales estándar no lo haga igualmente; pero el enfoque "zombie", o más en general el de los "estados canallas" es en sí una abstracción sobre un enemigo absoluto, reconocible y contagioso, ante el cuál sólo cabe su eliminación o puesta en cuarentena. Como poco se puede decir que el planteamiento de por sí ya enmarca determinada visión.

De las metáforas fantásticas en la literatura política, la de los zombies puede ser una de las más evocadoras, pero desde luego es una de las que tienen menos potencial analítico. Uno de los libros más decentes con el famoso palabro en el título es "Zombie Capitalism" de Chris Harman, en el que el muerto viviente es literalmente un sistema económico y político que ya desde los años '80 agoniza en violentas convulsiones por reestablecer una tasa da ganancias que el thatcherismo sólo pudo maquillar a corto plazo, mientras sembraba las crisis del futuro (resumo la introducción del libro). Lo cierto es que al final las imágenes clásicas se acaban abriendo paso, y el autor no puede evitar citar al famoso vampiro del que hablaba Karl Marx, a la hora de ilustrar la estructural e irrefrenable necesidad de fuerza de trabajo que atormenta al capital:

[traduzco mal y rápido del capítulo "The Runaway System"]

"El error de Mouffe y Laclau -y de miles de sociólogos, filósofos y economistas que escriben que la clase trabajadora ha perdido su lugar central en el sistema- es que no entienden el argumento elemental de Marx. El sistema es un sistema de trabajo alienado, que ha adquirido vida propia, y el capital no puede sobrevivir sin más trabajo que lo alimente, del mismo modo que el vamipiro no puede sobrevivir sin nuevos y frescos suministros de sangre. [...] He intentado mostrar que la dinámica del sistema hará difícil para el capitalismo basar su control sobre las masas permanentemente tanto a través de la represión como del aparente bienestar. Su imparable movimiento implica que no puede permitir que aquellos a los que explota permanezcan dentro de cierto grado de satisfacción durante un amplio período de tiempo. A medida que el sistema en fuga perpetua alterna subidas y bajadas e intenta disparar los beneficios y saldar las deudas en un salvaje intento de volver a despegar, destroza las antiguas esperanzas de mantener una vida segura. Insiste a las masas en que deben trabajar más tiempo por menos dinero, aceptar que deben perder sus trabajos porque los banqueros enloquecieron, resignarse a una difícil jubilación, abandonar sus casas y pasar hambre en albergues con tal de pagar al prestamista [...]"

viernes, 8 de abril de 2011

Libros contra Cuba de excorresponsales: cobertura mediática y promoción aseguradas

Libros contra Cuba de excorresponsales: cobertura mediática y promoción aseguradas

Cubainformación


En el año 2010, el periodista César González-Calero ganó el Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes por su novela "Cuba a cámara lenta" (2). El premio está organizado por el grupo turístico español Hotusa, la editorial RBA y la Universidad de Barcelona.

El galardón está dotado con 18.000 euros y, además supone la distribución del libro de forma gratuita en todas las habitaciones de los 58 establecimientos de la citada cadena hotelera. Por otro lado, existe otra edición para su venta en librerías a cargo de la editorial RBA.

Hay que recordar quién es el autor de este libro sobre Cuba para entender el porqué de este premio. César González-Calero trabajó como correponsal en La Habana para el periódico mexicano El Universal (3). La tendenciosidad y el sesgo propagandístico de sus informaciones desembocaron en la no renovación de su visado de prensa por parte del Centro de Prensa Internacional de La Habana (4). Ahora trabaja para el diario derechista La Nación, de Argentina, y el blanco habitual de sus ataques es el presidente venezolano Hugo Chávez (5).

Increíblemente, el jurado del citado premio valoró el "equilibrio" de la novela que, según el propio autor, describe una Cuba que se acerca al final de una época, es decir, cuya tesis es la derrota inevitablemente de la Revolución cubana (6). Raro "equilibrio" que apuesta por un único escenario posible de futuro: el de una Cuba reconvertida en uno más de los países capitalistas de América Latina.

César González-Calero es uno más de los numerosos periodistas extranjeros acreditados en Cuba que han conseguido, tras su marcha de la Isla, el respaldo de la industria editorial (7). La condición imprescindible para ello: repetir los habituales tópicos mediáticos sobre el país, en torno a la exageración de sus problemas y al silencio de sus logros sociales, así como eludir cualquier análisis comparativo con la situación de los países de su entorno.

Otro caso reciente, muy similar, es el de Vicente Botín, excorresponsal de Televisión Española en La Habana, cuyos dos libros sobre Cuba son fuertemente promocionados por la industria editorial (8). La razón es la misma. Reproducen el mismo discurso sobre Cuba aceptado por editoriales y medios de comunicación, con su imprescindible revisión de la historia, demonización del gobierno cubano, negación del impacto del bloqueo de EEUU, y exaltación de la "disidencia" cubana, peón político cuyos probados nexos financieros con el gobierno de EEUU son silenciados intencionadamente por el autor.

En resumen; un nuevo libro de un periodista resentido con el gobierno cubano, que repite todos los tópicos acerca del inevitable fin de la Revolución, recibe fondos de una universidad pública, es editado y distribuido por una gran editorial, colocado en las habitaciones de hoteles de varios continentes, y promocionado por grandes medios. Para que después leamos, en los textos del mismo autor, que el "sistema" en Cuba dispone qué se publica, qué se edita o qué se difunde.

(1) http://www.pascualserrano.net/noticias/la-coordinacion-perfecta

(2) http://www.telecinco.es/informativos/cultura/noticia/1366196/1366196

(3) http://www.eluniversal.com.mx/notas/408477.html

(4) http://www.eluniversal.com.mx/notas/408395.html

(5) http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1099709

(6) http://www.ub.edu/web/ub/es/menu_eines/noticies/2010/entrevistes/Cesar_Gonzalez_Calero.html

(7) http://www.solodelibros.es/08/06/2009/la-casa-de-cristal-isabel-garcia-zarza/

(8) http://www.elpais.com/articulo/opinion/Fidel/Castro/entierros/funeral/elpepiopi/20090509elpepiopi_4/Tes