viernes, 13 de mayo de 2011

Es la economía política


Lo más preocupante no es que el PSOE de Zapatero haya llegado a un nivel de negación de la realidad alarmante -comprensible en lo que respecta a sus bases, que lidian como pueden la tremenda disociación cognitiva entre su ideario y la práctica política de su partido- (por cierto, Llamazares siempre al quite, muy bien: efectivamente todos somos bellacos --para más señas somos, como mínimo, cinco millones de bellacos).
Tampoco es de lo más preocupante que la Telemadrid de Espe, por obra y gracia de Isabel San Sebastián, haya conseguido radiar en unos pocos segundos la mejor confirmación a posteriori que Naomi Klein jamás pudo soñar para su último libro.
... ni tampoco que un tertuliano de TVE considere las abstractas pero incuestionables declaraciones de Jose Luis Sampedro como añejas y vacías declaraciones "flower power" [sic].

Me preocupa más, a largo plazo, que se perpetúe en las formas, la estética, los discursos, la imagen de la economía crítica como poco más que un vacuo e inocente "humanismo", un discurso meramente poético, alejado de todo vínculo con la economía "seria" y "científica". (Por supuesto que Sampedro por "humanismo" entiende mucho más que eso).
En la tertulia de 59 segundos la cháchara (los franceses dicen "bli bli bla bla") posterior a la entrevista a Sampedro no sólo incluyó esas palabras de desprecio hacia el ex-catedrático de estructura económica: lamentablemente, las ilustró.

De hecho, la imagen de los contertulios escenifica a la perfección ese enfoque ideológico que enmarca la percepción que el electorado tiene de la economía: la ciencia está de parte de aquellos situados en la derecha: (hacen que) saben mucho de mercados, hedge funds y manos invisibles, y además ¡van encorbatados! mientras que enfrente, insegura, la supuesta izquierda social-liberal sólo puede aportar al debate una tibia ristra de "valores" que, se temen, en última instancia sólo pueden postergarse ad infinitum, pues la aplicación de esos vaporosos ideales solamente puede encomendarse a "nuestros científicos", verbigracia: Solbes & compañía (Sevilla, Sebastián, Boyer, o ya en último caso, incluso Niño Becerra -- un caso interesante es el de Mas-Colell). Y desde sus manantiales sulfurosos, esos oráculos les devuelven año tras año a la única realidad: los mercados.
No hay ciencia fuera de los manuales de Deusto, CEU o el ICADE: no hay reformas posibles que no sean solubles en el compuesto neoliberal.

Pues no. No sólo, en su sencillez, Sampedro dice verdades como puños: además es que, como en su momento denunció Peter Jager, que eso sea algo parecido a "ciencia", está por demostrar.

No hace falta invocar aquí toda una inmensa tradición de economistas marxistas más o menos heterodoxos que, desde estándares tanto o más científicos que los economistas mainstream, llevan trabajando decenios en estudios rigurosos que echan por tierra muchos mitos liberales, muchas veces llegando a ser -a regañadientes- reconocidos en sus respectivos campos (Joan Robinson, O'Connor, Sweezy, Baran).

No hace falta; basta remitirse al creciente número de economistas que desde muy diversas posiciones están rebelándose contra la hegemonía académica y social de una eco-nomía liberal que tiene más de arte de birlibirloque que de nómos.
[Como muestra Lavoie (libro a la derecha, La economía postkeynesiana) en un denso pero instructivo repaso, hay una gran variedad de enfoques que con notable solvencia han ido ilustrando las debilidades teóricas (epistemológicas y ontológicas, además de metodológicas) de gran parte de la economía monetarista ortodoxa].

No; como reza el subtítulo del libro de Jacques Sapir, en los "falsos expertos" de la economía puede que no sólo haya debilidades teóricas: además hay muchos secretos inconfesables.

Y porque Akiro no me permitiría acabar éste apresurado relato con tanto keynesiano (no me refiero a Sapir, por supuesto), aprovecho para recordar no sólo el trabajo personal de uno de nuestros grandes economistas marxistas, Diego Guerrero, sino también la espléndida colección en la que han aparecido sus dos últimos libros, editorial Maia.
[Ruego se dirijan a este blog los editores, para poder darles la dirección a la que enviar los ejemplares de cortesía :-p ]